viernes, 18 de enero de 2013

Charlemos

Hermoso tango, sobre todo en la versión de Carlos Di Sarli con el pibe Rufino. Además tiene una linda historia detrás que vale la pena recordarla cada tanto.

Es que acabo de escucharlo en el coche y lo iba acompañando con los pies.

 Luis Rubistein, hijo de inmigrantes ucranianos fue el quintto de los hijos del matrimonio entre Motl Rubinstein (en los papeleos inmigratorios perdió la ene), zapatero remendón y María Kaplán, profesora de hebreo. En total llegaron a ser diez los hijos de la pareja,  que ya habían arribado a playas argentinas con tres hijas.

Luis fue un tremendo luchador que trabajó en todo lo imaginable, pero le tiró de siempre la noche, la bohemia, el tango, aunque jamás perdería por ello su sentido del deber y la colaboración filial, con sus pequeños ingresos.

Cuando era un gurrumín tartamudo de 11 años, ya cantaba tangos y canciones criollas en el Parque Goal, donde era conocido como el Petit Gardel, porque era entonado natural. A los 18 años compuso su primer tango en yunta con Anselmo Aieta, Estoy borracha, estrenado por Rosita Quiroga en 1926.

Desde entonces no perdió un día de su vida y trajinó lo indecible para orientar a sus hermanos menores, cuando falleció el padre. Mauricio, Oscar y Elías con otros apellidos artísticos compusieron también numerosas páginas que echaron raíces en el árbol musical porteño.

Luis con su esposa y sus dos hijos: Tito y Elena (Negrita), buena amiga mía
 Luisito era una máquina en su frenesí por aspirar a un mejor destino para él y los suyos, y en la retahila de temas que fue sembrando, llegó en 1940 a su tema más exitoso: Charlemos.

Pegó con mucha fuerza en la Buenos Aires que exudaba tangos por todos los poros de la babélica ciudad. Y el registro de Di Sarli-Rufino en febrero de 1941 lo aupó en todas las milongas y vendió discos a lo bestia. Corsini lo grabó treinta días después del pianista bahiense y fue otra pegada impresionante. Canaro lo incorporó a su extenso repertorio con la voz de Ernesto Famá, un mes antes que Di Sarli, estrenándolo en el Teatro Astral y el tango gustaba en todas las versiones.

 La historia es simple: Un hombre disca un número al azar pregunta por un nombre inexistente; le responden con el "equivocado" normal, pero el muchacho lograr estirar el diálogo y al final se excusa, confiesa que es ciego y que simplemente quería hablar con una dama. Un argumento sencillo pero que contaba con una música por demás entradora, y que se extendió como un reguero de pólvora sonando a todas horas en radios, milongas y aparatos reproductores.
   
Y luego vinieron las anécdotas. El número de teléfono que cita el tango -Retiro 6011- pertenecía al ramal Retiro-Tigre del Ferrocarril Norte. La gente entró a llamar hasta que quedó la línea colapsada y bloqueada. El hecho le dió más fama aún al tango, y debió cambiar el prefijo por Belgrano 6011.

A continuación se le presentó a Rubistein una manifestación de ciegos quejándose de lo que ellos entendían como un mal uso de su discapacidad, pero Luis Rubistein entraba a hablar y convencía a todo el mundo. Incluso los invitó a tomar y picar algo. Y se fueron contentos.

Vamos a escuchar a esa dupla genial: Di Sarli-Rufino en esta interpretación maravillosa que nos provoca urticaria en los pies y unas ganas tremendas de abrazar a una milonguera y salir a bailar.

De paso, podemos escanciarlo en la versión de Miguel   Montero, acompañado por la orquesta del bandoneonista  Oscar Castagniaro, grabado el 19 de noviembre de 1968, porque canta la letra entera. Y es muy buena interpretación también.

036 - Charlemos - Di Sarli-Rufino

Charlemos - Miguel Montero


5 comentarios:

  1. Gracias por lo escrito, soy un agradecido del tango a pesar de haber nacido en 1960. Tengo un papá de 86 años que canta tangos todos los días con el cual hablo por teléfono todos los días también, que, hoy, y después que yo (espontáneamente) le recité un pedacito del tango cambalache me cantó Charlemos. Cómo canta mi viejo! Afinado, clava todas las notas donde van y lo viene haciendo desde que yo soy un pibe. Gracias amigo desconocido por publicar estas joyas...y que la gilada siga durmiendo, soñando con quien sabe qué.

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  2. Para mí es un placer desparramar estas maravillas del tango y que le lleguen a la gente. Como porteño de ley y muchacho de barrio, nuestros cuores tienen retazos de tangos. Me alegro por tu padre, Abrazo.

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    1. gracias de nuevo, lo suyo es invalorable, sobretodo en esta Argentina de hoy donde uno escucha tanta pavada y tanta maldad.

      Fernando Salazar

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  3. Mas que un comentario. Primero una felicitación por la nota. Segundo; Alguien me comentó alguna vez que en la letra que se cantó por primera vez, en vez de "ciego" decía "moishe"; es cierto?

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    1. Permanentemente me presentan episodios de tango rarísimos y poco creíbles. Sería una ofensa que escribiese "moishe", como si fuera un apartado de la sociedad, algo irreal.Tal vez haya sido una imitación cómica o algo así, pero no lo creo. Rubistein era "moishe" y muy porteño. Jamás podría escribir eso que cita.

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