miércoles, 4 de julio de 2012

Flor de ceibo

El ceibo y la flor del ceibo, son el árbol y la flor nacional de Argentina desde 1942, por decreto gubernamental. Se trata de un árbol bellísimo cuando está en floración, provisto de aguijones. Llega a alcanzar unos 20 metros de altura y uno de diámetro en el tronco.

El tallo es leñoso y la corteza esponjosa, cubierta con abundante corcho. Las hojas pueden llegar a medir 30 cm. y su lámina está dividida en tres peciolos, o sea, es una hoja compuesta.

Florece en distintas épocas según, la región. En la zona norteña,a  comienzos de octubre ya se ven ceibos florecidos. Las flores nacen agrupadas en las ramas verdes, de una a una de las axilas de las hojas y están unidas a las ramas por un pedúnculo floral.                               

Cuando varias flores nacen juntas, algo común, al conjunto se lo denomina inflorescencia. En el ceibo estas inflorescencias son de 2 a 3 flores y estos grupos suelen reunirse en los extremos de las ramas jóvenes, formando racimos que llaman la atención por su belleza y su rojo carmín.Se asemejan estos racimos a la cresta del gallo, de ahí que el naturalista Carlos Linneo le dio el nombre de Ery thrina crista-galli (Ery.tro:rojo, crista galli: cresta de gallo). El pimpollo está cubierto de pétalos sedosos.

Las raíces del árbol son muy resistentes al agua, al frío y al fuego. Con su madera los indios fabricaban canoas y la corteza tiene algunas aplicaciones medicinales, porque posee ciertos alcaloides.

La flor del ceibo es un elemento ornamental realmente hermoso y llama la atención el rojo que se desprende del árbol florecido.

La leyenda de la flor del ceibo cuenta lo siguiente:
Anahí era la india más fea de la tribu guaraní, pero su voz tenía la más bella de las sonoridades. Su humilde choza estaba a orillas del inquieto Paraná. Habiendo caído prisionera en una de las frecuentes incursiones de sus indios, fue condenada una noche a morir en la hoguera, por haber dado muerte al centinela que la vigilaba. 
La horrible sentencia se cumplió y cuando las llamas habían comenzado a quemar su cuerpo, algo extraño se notó en él. Los verdugos huyeron espantados, pues la delicada figura y el árbol al que había sido atada se agitaban como nunca antes habían visto. A la mañana siguiente, los indios no hallaron rastro alguno de la muchacha en la hoguera; sin embargo, notaron que en el lugar se erguía un inmenso árbol de flores purpurinas. Habían nacido el ceibo y su flor, que encarnaba a la india y a su tribu. Es la flor triste y solitaria de la veneración –ha dicho alguien– y en su forma viva palpita una oculta ternura. El alma de Anahí, la reina fea de la dulce voz, anida en la flor del ceibo.


En la época del primer gobierno de Perón se fabricaron ropas baratas para la gente humilde con la marca "Flor de ceibo". Ello dio origen a que terminara siendo algo peyorativo, por parte de los opositores,  calificando los productos de paupérrima calidad con dicho nombre y por extensión, se descalificaba a la bella flor nacional. 


En 1928, el poeta Armando Tagini y con música de Eduardo Ponzio compusieron el tango Flor de ceibo que Charlo grabó con la orquesta de Francisco Canaro  el 31 de octubre de 1928. Y acá lo podemos escuchar.












.Flor de ceibo. Canaro- Charlo

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