lunes, 2 de abril de 2012

José Böhr y el serrucho



Todo un personaje incrustado en el tango, fue el polifacético José Bohr (Yopes Böhr Elzer), nacido en Bonn (Alemania) el 3 de setiembre de 1901. Según le contó a la periodista Viviana Gorbato en 1987, siempre recordaba  su infancia en  Turquía, donde su padre fue veterinario de caballerizas privadas y del zoológico del palacio del último sultán. “Después viví tiempos duros en  los tiempos que viví con mi familia en el sur de Chile, criándome en una zona de Punta Arenas llamada Punta Porvenir, entre 80 personas  decentes y 100 prostitutas”.

Lo increíble de este hombre que hablaba y cantaba en español, inglés, alemán, portugués y francés en la porteña Radio Cultura, es que  era entonces empleado de una casa de música del centro de Buenos Aires. Se había iniciado tímidamente en el cine, en la ventosa Punta Arenas y dio el salto a la capital argentina porque le atraía muchísimo el séptimo arte que estaba en sus balbuceantes comienzos.

 Supo labrarse camino en revistas teatrales como galán, cantor y bailarín, pero hoy me gusta presentarlo como “inventor” de ese increíble instrumento denominado serrucho y que en el año 1930 le significó un golpe de fortuna. Gardel le había grabado tres tangos: Cascabelito, Mía (ambas con letra del platense Juan Andrés Caruso) y Por el camino (versos de José González Castillo). También le registró los foxtrots ¡Oh París!, Pero hay una melena, Tutankamon, y el shimmy Los reyes del aire.

Contaba Bohr que durante su trabajo en la Casa de música hubo que desembalar unos pianos que venían en enormes cajones de madera y que él, al introducir el serrucho en la misma, notó que según lo moviera, extraía distintos sonidos.

Marle Dietrich tocando el serrucho para los soldados norteamericanos

 Realmente, el serrucho ya se había utilizado en Europa, pero el caso es que patentó dicho instrumento, se dedicó a fabricarlos y los vendía junto a un arco que servía para extraerle los sonidos correspondientes. Francisco Canaro, atento a cualquier novedad que le interesase, fue a verlo en la casa de música donde trabajaba Bohr.

-         ¿Sabe una cosa ché? Ese foxtrot  nuevo suyo…el del Faraón
-         Tutankamón, maestro…
-         Ése…sabe…Lo vamos a grabar con serrucho. Lo invito a grabarlo con el acompañamiento de  mi orquesta.

Efectivamente, Canaro lo grabó con José Bohr como solista con su serrucho y se le dio mucha publicidad que significó grandes entradas por la venta de discos.

                                           José Bohr triunfó en Estados Unidos, México y  España.


Pirincho se enamoró del raro instrumento, le pagó para que le diese lecciones de cómo tocarlo a su hermano Rafael (que en su larga gira europea lo alternaría con el contrabajo y la guitarra) y en los año 1930/31, grabó muchos temas introduciendo el nuevo artefacto.

Podemos escucharlo a Francisco Canaro en dos tangos con la inclusión del serrucho: El esgunfio de Esteban Baravino grabado el 17-4-1931 y Trascartón de Anselmo Aieta del 2 de abril de 1930.


Trascartón.mp3


Para completar puede verse al cuarteto Weiss family Woodminds interpretando Oblivión de Piazzolla. Uno de los hermanos toca el serrucho.









2 comentarios:

  1. Maestro,toda una maravilla como suena ese serrucho,es impresionante.

    Jorge.

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  2. trascarton te lo borraron, buena nota como siempre

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