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domingo, 8 de junio de 2025

ANSIEDAD

 Este tango suena en los altavoces de la milonga y la polenta musical de juan D'Arienzo y sus músicos, en su interpretación empuja a las parejas de bailarines hacia los espacios de la pista que apenas se divisan. Porque el Rey del compás es cosa grosa en el cuore milonguero de unos y otras, y esta versión reúne los méritos necesarios y la barahúnda de compases, para insuflarles esa sensibilidad nerviosa contagiante. 

El gran pintor español Antonio Saura decía que "las obras destinadas a perdurar, vienen de lejos para iluminar el presente o desde el presente para fructificar en el futuro...". Y no constituye ningún agravio usar metafóricamente su razonamiento, trasladándolo al tango y, como en este caso de Ansiedad, que sigue golpeando fuerte en los circuitos tangueros donde se milonguea con pasión.

Francisco Gorrindo

La palabra ansiedad proviene del latín "anxietas", que significa "congoja" o "aflicción". También se relaciona con los términos latinos "angor" y "ango" (constreñir), así como con "angustus" (estrechar), que a su vez derivan de una raíz indoeuropea. Estos términos reflejan la sensación de inquietud, agitación o zozobra que caracteriza a la ansiedad. Entre los sinónimos o afines de Ansiedad están la congoja, el ansia.

José Enrique Sarabia, el cantor-compositor venezolano, lanzó en 1955 su tema "Ansiedad", que tuvo un éxito impresionante y lo consagraría Nat King Cole. "Ansiedad de tenerte en mis brazos / Musitando palabras de amor / Ansiedad de tener tus encantos / Y en la boca volverte a besar...". Fue grabado por infinidad de cancionistas y orquestas.

O sea, que Ansiedad muestra su afinidad temática cuando el poeta y el músico logran ahormar el tema que penetrará en el corazón de escuchas y bailarines. En este caso, el tango de Francisco Gorrindo y el bandoneonista Domingo Moro, compuesto en 1938, sigue impulsando a los milongueros en la versión grabada por Juan D'Arienzo el 9 de noviembre de dicho año, por la polenta que atesora en letra y música.

                                              


Los versos que seleccionó el Rey del compás, son apenas la parte central de los escritos por el poeta de Quilmes, Francisco Gorrindo. Pero ello no impida que luzcan en la interpretación de Alberto Echagüe y la polenta musical adosada por Moro, que era bandoneonista de la orquesta de D'Ärienzo en aquella  época. 

Yo soy la esperanza que viene a buscarte,
a darle un consuelo a tu corazón,
y ver si es posible hacer que en tus ruinas
florezca de nuevo alguna ilusión.

Cuando esas palabras que dijo tu boca,
llegaron al fondo de mi reflexión,
cayó de rodillas vencido mi orgullo
y todas mis culpas, gritaron perdón.

Era un ciego, y ese torpe lazarillo,
que me guiaba, se llamaba corazón.
Fue por eso mi caída,
el derrumbe de mi vida,
y para más herejía,
la inconstancia con tu amor.

Era un ciego en mi afán de los veinte años,
y mis culpas se llamaban ansiedad.
Ansiedad que mis amores,
fueran muchas, muchas flores,
y encontré sólo rigores,
en lugar de mi ansiedad.

Has hecho el milagro de
alzarme del fango,
has vuelto a mis ojos de nuevo la luz,
y, en calma mi vida, la fe se despierta
en ansias tranquilas de hogar y quietud.

Llegaron a tiempo tus manos de santa,
tus besos de novia, tu voz de mujer.
Me siento más bueno, más hombre que nunca
capaz de ser digno, capaz de un querer.


Y esa grabación de hace 87 años, sigue firme en las milongas de tantas partes del mundo, algo que ni imaginaron sus autores en aquellos lejanos tiempos...                                                                                                                                                                                                                                                                                     





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