jueves, 28 de septiembre de 2017

El brujo del bandoneón

Así le llamaron a Anselmo Aieta por las diabluras que dibujaba en su fueye, aunque fuese un autodidacto e intuitivo, pero genial, claro. Su figura ocupa un espacio grande en la historia del tango, no sólo como músico y director, sino incluso, en su principal y fundamental faceta de compositor. La obra de este bandoneonista supera a la de muchos músicos mejor preparados, por la calidad que atesoró y su permanencia en los atriles de orquestas y cantantes de ambos géneros.

Si bien no conocía la notación y apenas había estudiado el manejo del bandoneón con Genaro Spósito y Luigín Bossi, se las arregló para imaginar los temas en su instrumento y luego amigos como Charlo, por ejemplo, concurrían a su casa de San Telmo para pasarlos al piano y luego a la partitura. Y así nacieron instrumentales como la milonga Corralera, Pobre cotorro, Pavadita o De corte antiguo.

                                           



No  debe existir en la historia del tango una dupla que haya producido tantos éxitos como Aieta y el poeta Francisco García Jiménez. Es impresionante la parva de temas que armaron entre ambos para la posteridad: Carnaval,  Siga el corso, Abrojos,  Prisionero, Ya estamos iguales, Alma en pena, La chiflada, Palomita blanca, Suerte loca,  Príncipe, Yo me quiero disfrazar, La violetera, A la criolla, Tus besos fueron míos, Entre sueños, Mariposita, Penitencia, Bajo Belgrano, La mentirosa, Alegría, El huérfano, Escolaso... y sigue la lista que armaron en sociedad durante unos cuarenta años. Al margen de todos lo que compusieron ambos con otros autores.

El bandoneón de segunda mano que compró para hacer realidad sus sueños de niño, lo consiguió ahorrando dinero de su sueldo en una fábrica de cigarrillos. Sus padres calabreses tuvieron once hijos. Anselmo fue el décimo y lo bautizaron con el nombre del santo benedictino de Aosta. El primer instrumento que tuvo en sus manos fue una concertina. En el barrio había bandoneonistas anónimos que tocaban en los cafés, y le emocionaba escucharlos. Hasta que se dió el gusto de tener uno en sus manos. Había lustrado zapatos, trabajó de mandadero y la música fue su paraíso personal.

                               


Al fallecer su madre, y con una profunda congoja interior, compone su tango El huérfano, que le grabarán las orquestas de  Canaro, Firpo y Juan Maglio Pacho. Años más tarde García Jiménez le pondrá versos al mismo y lo grabará Carlos Gardel. La historia recuerda aquella anécdota de Aieta tocando en el Casino Pigall. De repente un señor elegante lo llama desde una mesa, se presenta:
-Soy Carlos Gardel y me gustaría grabar su tango. si le parece bien, mañana lo espero en la casa Max Glücksmann.

Así nacería una gran amistad noctámbula con el gran cantor, que le grabó nada menos que 17 temas. Y la carrera musical de Anselmo Aieta, comienza en 1913 en un café de la Boca, como integrante de un trío con Agustín Bardi al piano y Ricardo Mochila González en guitarra. Posterioremente reemplazaría en un café de Piedras y Cochabamba, a su gran ídolo, Eduardo Arolas, en su barrio de San Telmo, acompañado por dos guitarras. Luego de algunos escarceos, estaría cinco años en la fila de fueyes de la orquesta de Francisco Canaro, donde completaría su formación.  De allí pasaría a dirigir sus propios conjunto y a engrosar su fama.

   

Arriba: Luis Visca, Juan Cuervo, José Navarro, D'Arienzo y Alfredo Corletto. Abajo centro: Aieta

Porque llegó a mantener tres orquestas bajo su mando, en los cafés el Nacional, Germinal y Guarany. Tenía una hinchada seguidora y ferviente y alternaba dirigiendo cada una de estas orquestas. También dirigió su conjunto Los ases, en los cuales actuaban: Aieta y José Navarro en bandoneón, Juan D'Arienzo y Juan Cuervo en violines, Alfredo Cortletto en contrabajo y Luis Visca al piano. Con este conjunto graba en discos Electra en 1928.

Se alejaría de la actividad profesional hacia 1954, cuando el tango había pegado un estirón monumental y fallecería diez años más tarde, dejando un legado maravilloso que sigue iluminando las milongas del mundo entero. Aníbal Troilo, que le llamaba "Papito", le grabó diez temas. Alfredo De Angelis llevó al éxito su casi desconocido Pavaditas. Y Palomita blanca es una belleza que nos hace girar en la pista con un aire alegre y nostálgico.

                              
                                       
Podemos escucharlo con su orquesta en dos temas, Primero el tango Pampa, de Francisco Pracánico, grabado en 1953, con Armando Baliotti al piano, Raúl Kaplún y Orestes Zungri en violines, Pucherito Adesso en contrabajo, además de Aieta en bandoneón. A continuación el valsecito de Enrique Delfino y Manuel Romero La montonera, que canta Luis Scalon. Grabado en 1930.

Anselmo Aieta - Pampa

Anselmo Aieta - La montonera







martes, 26 de septiembre de 2017

Bien milonga

                                                                                            
 Vamos, morocha, a bailar       
  este tango sin par
  que rezonga en la orquesta.
  Vamos a vestir de fiesta al corazón
  que hasta la noche de hoy
  se presta.


Leopoldo Díaz Vélez, cantor y poeta tanguero, dibujó muy bien las estrofas de su tango, en colaboración con el fueye Cristóbal Herreros: En el salón. Magnífica grabación de Ricardo Tanturi y la voz de Enrique Campos, llevada al disco, el 14 de noviembre de 1944.  Ideal para pintar los avatares de la milonga que te espera esta noche en la Casa de Aragón de Madrid, sita en la Plaza República Argentina nº 6 de Madrid.  

BIEN MILONGA reúne los atributos y los alicientes necesarios para que pases una noche milonguera al mango, por la calidad del piso, la impecable música que te lleva a volar en la pista y el ambiente que se vive en la misma. Esta noche y todos los martes de 21 a 0 horas, te invitamos a disfrutar de nuestra compañía para  milonguear a tope.

                           
                                                                                                          

También te invito a ver a algunas parejas bailando en distintas ciudades para que vayas templando gaitas con vistas a Bien Milonga de esta noche. ¿Te parece bien?

Bueno, entonces arranco con la pareja que integran Selen Sürek y Alper Ergokmen. Están  en el Casino-Festival Cluj-Napoca, de Rumania, y bailan el tango Primavera porteña, por la Orquesta Color Tango.

                           

La siguiente dupla la integran Isabelle Rune y Emiliano Alcaraz. Están en la Sala Pippo Tango, en la capital de Alemania; Berlín, y se mandan con la Milonga de mis amores, también ejecutada por la orquesta Color Tango.

                                    

Y cierro la ronda con Sebastián Achával y Roxana Suárez, que siguen creciendo. En este caso están en California, USA. Es la 19th edición del Nora's Tango Edition Weekend 2016 y se despachan con el Valsecito criollo, por la típica de Juan D'Arienzo.


¿Qué? No me digás que no te removieron las neuronas y están mirándote los remos con vistas a darle el gusto esta noche en BIEN MILONGA. Dale, te esperamos...                                         

lunes, 25 de septiembre de 2017

El pibe Ernesto

Así se le conoció en aquellos ambientes tumultuosos del tango iniciático a Ernesto Ponzio, el violinista de lunga fama entre los protagonistas de la música popular, los tangueros del novecientos. Venía de familia de músicos, comenzando por su padre napolitano, que precisamente falleció sobre un escenario, tocando el arpa. Su tío Vicente, fue un músico reconocido y quien lo introdujera en aquel tango bravío que se bailaba en lo de Hansen.

Manuel Castro, escritor que semblanteaba de manera precisa los ambientes de su época, aquellos bailongos canyengues de la glorieta de Hansen, El Tambito o El Quiosquito, escribía, a propósito:

 -Nunca vimos bailes de concurrencia más abigarrada y dispar: endomingadas chinitas de los alrededores y rubias francesas del Royal o el Petit Salón, milicos y cosacos de los cuarteles, vecinos en traje de particular, pesados arrabaleros y niños bien. 

Ernesto Ponzio
                                        
Esta mescolanza de personajes produjo también los altercados que provocaban las patotas, por la competencia tanguera, las disputas entre varones por las hembras más valoradas del ambiente y todo lo que recoge la historia del género. Los músicos sabían que muchas veces se jugaban el tipo en estos ambientes, en lupanares y "casitas" renombradas donde se bailaba el tango con pupilas del lugar.

Ernesto Ponzio, se crió en un barrio pesado, conocido entonces como la Tierra del Fuego, cercano adonde estaba entonces la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras. Aunque estudiaba violín en el Conservatorio Williams, de chico tuvo que enfrentarse a muchachos mayores que se entretenían con grescas continuas y provocaciones. La calle en la que se crió le enseñó muchas cosas, entre ellas a pelear en desventaja  y a proteger su violín. Porque para él representaba el sustento, desde que falleciera su padre y además de trabajar en cafés, cantinas donde "pasaba el platito" buscando propinas luego de su actuación, también realizó diversos oficios para ayudar a su madre, planchadora, y a sus cuatro hermanos.

                                           


Genaro Vázquez, violinista, lo orientó y su primer trío acaparó elogios. Lo acompañaban el cieguito Aspiazu con la guitarra y Vicente Pecci en flauta. También tocó con Eduardo Arolas y el moreno Leopoldo Thompson en  el Café La Turca, de la Boca. Y dió un soberano paso al frente cuando estrenó su famosísimo tango Don Juan, dedicado al dueño de un local donde actuaba. Este tango tuvo antes dos títulos, primero El panzudo y luego Mozos guapos, al que le adosó unos versos Alfredo Gobbi (p). Ricardo J. Podestá, retratando al personaje de marras, en la segunda versión de Don Juan le pondría letra:.

Me llamo don Juan Cabeyo;
anoteseló en el cueyo...

Y como reflejando los méritos de bailarín que le atribuye al supuesto personaje, agrega en una cuarteta:

En el tango soy tan taura
que cuando hago un doble corte
corre la voz por el norte
si es que m'encuentro en el sur...

                                         

También comprondría Ponzio otros temas de gancho como Ataniche, dedicado a una dama de alto vuelo que recorría en  carruaje, los lugares donde se bailaba tango. El título, al vesre quería desmitificar la prosapia de dicha mujer: Che Anita. Quiero papita, con letra de María Luisa Carnelli, también tuvo recorrido. Avellaneda, Caradura, La milonga de mi barrio, Trovador de arrabal fueron otras obras suyas.

Ernesto Ponzio hizo largas giras por la provincia y estando en Rosario, protagonizó un hecho lamentable. Ocurrió en el barrio de Pichincha, célebre por sus escándalos nocturnos, refriegas y prostitución, en 1924. Había actuado en el cine Mitre y luego concurrió a un garito de la calle Pichincha donde se hacía un asado con vino y juego de taba.  En dicho lugar, el Pibe Ernesto se enfrentó con un pesado del lugar, que estaba cargado de alcohol. A él le sucedería algo parecido. Ambos desenfundaron sendas pistolas, y el disparo de Ponzio dio en otra persona que estaba al lado de su rival, Pedro Báez, de largo pronturario, que cayó muerto en el acto.

En la cárcel, Osvaldo Pugliese y Emilio Puglisi visitan a Ernesto Ponzio (centro)
El famoso violinista fue condenado a veinte años de prsión, pesando en ello sus antecedentes, y lo trasladaron a  la remota prisión de Ushuaia. Tiempo más tarde lo reubicarían en una cárcel de Rosario, adonde su afligida esposa, se mudaría para visitarlo a diario y llevarle ropa limpia y algunos alimentos. Con el tiempo lograría tener "suerte" con sus pedidos de indulto. Su amistad con el caudillo conservador de Avellaneda: Alberto Barceló, a quien le dedicó el tango Don Alberto, le sirvió para que éste moviera sus influencias y podría por fin dejar la cárcel en 1928.

                               
Orquesta de la Guardia vieja. Ponzio es el violinista del centro
  
Se mudó a Lanús, provincia de Buenos Aires, donde montó un modesto Almacén y cancha de bochas, y allí transcurrieron sus últimos días, junto a su esposa Adela. En 1932 intentó volver a ubicarse en las marquesinas porteñas, formando orquesta con el flautista Juan Carlos Bazán. Pero el tango había evolucionado y la música de Julio De Caro y su sexteto anunciaban el futuro. En la película Tango, se ve fugazmente a Ponzio-Bazán acompañando las fiorituras de El Cachafaz y el canto de Tita Merello. Tenía 48 años cuando murió de un aneurisma cardíaco. Carlos Gardel grabó su tango Culpas ajenas, que lleva versos de Jorge Curi y en el que intenta lavar su pecado mortal.

Volvió de nuevo a mi barrio                                               
tal vez condolido
y un poco más viejo.
Aquel que entre los muchachos
era el más querido,
era el más travieso;
pero hay congojas en su alma,
su acento es sombrío,
se ve que sufrió y trae para sus amigos
consejos muy sanos que solo aprendió.   
Recitado:
Recuerdo una noche, mi amigo ultrajado
se jugó la vida con otro varón.

Lo escuchamos en la versión de Gardel del 25 de agosto de 1929, acompañado por las guitarras de Barbieri y Aguilar.  Y también podemos bailar con su tango Ataniche, por la orquesta de Juan D'Arienzo. Lo grabó el 27 de noviembre de 1936 y es bien milonga.



sábado, 23 de septiembre de 2017

Aquellos carnavales...

Para quien no los vivió in person, es difícil calibrar lo que eran los Grandes Bailes de Carnaval en la Buenos Aires del cuarenta y cincuenta. Yo estuve metido de lleno en estos últimos y doy fe del gentío que se movía en los distintos clubes, salas de teatros, cabarets e incluso el luna Park. En la Sede Social del Club Atlético Huracán, adonde concurría con la barra de amigos, identificados con una camisa de colores que nos hacía una señora del barrio, calculo que fácilmente podían, moverse y bailar en las distintas pistas del club, entre 800 y 1000 personas.

                            

  
Este programa está anunciando los Bailes del carnaval del año 1940 y dice textualmente:

                              EL O'KAY CLUB DA SUS BAILES EN EL POLITEAMA

   Los simpáticos muchachos del O'Kay Club tienen pensado "hacer capote" en el Politeama. ¿Por qué no? son toda gente joven que saben hacer las cosas; tienen una sala espléndida como la del Politeama y los sigue un público selecto, juvenil y que sabe divertirse. Con esto es fácil suponer que medio Buenos Aires bailará al compás de las tres orquestas del Politeama, a saber: La jazz de Rudy Ayala, la típica de Edgardo Donato y la vienesa de Henry Binstock.

                    LOS "MILLONARIOS" CUENTAN CON D'ARIENZO Y SANTA PAULA

   Con D'Arienzo y Santa Paula no puede fallar un baile. Y siendo en River Plate, menos que menos. Sus fiestas tendrán una grandiosidad poco común. En Núñez bajo la imponente masa de cemento más grande del país, los 50.000 asociados "millonarios" colmarán la capacidad de sus gigantescos salones, que cada cien metros de distancia cortan escaleras fantásticas. Todo iluminado por miles de guirnaldas, de luces y de colores, en un ambiente de  familiar alegría y de cordialidad.

                             FRANCISCO CANARO Y MARENGO EN SAN LORENZO

   Con una magnífica pista al aire libre y lugares de gran capacidad bajo techo, San Lorenzo sólo necesitaba a una orquesta de la popularidad de la típica de Francisco Canaro para marcar records de concurrencia este carnaval. Y como al jazz no hay que descuidarlo, más ahora que el "Lambeth Wolk" está haciendo furor, contrataron nada menos que a Raúl Marengo y su dinámica orquesta. ¿Que eso va a estar muy animado? ¡Claro que sí, como que también cuentan con Villita y Biondo, como para que nadie se duerma!

                                      MALERBA Y BRUJIS EN INDEPENDIENTE

   Después de la racha de triunfos de Independiente, sus asociados formaron el equipo ideal para la conquista del campeonato.

                           


                                ¿DONDE ACTUARÁ SU ORQUESTA PREFERIDA?

   En el Club Racing: Típica Pichuco. Jazz René Cóspito.
   En el Pueyrredón de Flores: Típica O.Fresedo, jazz E. Orozco. Animador:Rando.
   En Boca Juniors: típica Enrique Rodríguez, jazz Sam Liberman.
   En Gimnasia y Esgrima:  típica Pedro Laurenz, jazz George Retzin.
   En el Teatro Casino: típica Roberto Firpo y Eduardo Ferri, jazz June Marlowe
   En Huracán: típica Roberto Zerrillo, jazz Despet, animador Pugliese Cariño.
   En Atlanta: típica Rodolfo Biagi.
   En el Cine-Teatro Edison: típica Los Indios (Tanturi), jazz Hawaian Serenaders.
   En el Club Alberto Haynes: tipica Serra y Rithmical Jazz.
   En Ferro Carril Oeste. tipica Elvino Vardaro, jazz René Deníes

jueves, 21 de septiembre de 2017

El tango y los barrios

Con el paso de los años, me llama aún más la atención, el hecho de que los porteños citemos siempre nuestro barrio cuando vamos conociendo gente. Es como una señal de identidad que no he notado en otros países de los muchos que he visitado en mi vida. Como escritor, periodista o poeta, me considero un observador privilegiado de lo que acontece a mi alrededor. El tango verbaliza ese sentimiento barrial que llevamos impreso en nuestra andanza por la vida. Porque, al fin de cuentas, donde uno se ha criado, ha crecido viviendo experiencias nuevas cada día y ha compartidos sueños y juegos con amigos, ha aprendido cosas para el bagaje vital y sentido también los primeros amores y desengaños, recrea la síntesis del proceso interior de nosotros.

Existen infinidad de tangos y milongas que recuerdan al barrio. O valsecitos como Esquinas porteñas que simbolizan ese lugar de encuentro de los muchachos y al que Homero Manzi le dió una mano de pintura alegórica con su poesía llena de remembranzas: "Te lloran las lunas de invierno / en las acuarelas de mi evocación". Como haría con esos tangos irrepetibles, inmortales: Sur, Barrio de tango, El pescante ("Yunta oscura trotando en la noche. / Latigazo de alarde burlón. / Compadreando de gris sobre el coche / por las piedras de Constitución");  O también El último organito, Mano blanca, la Milonga de Puente Alsina, Nobleza de arrabal el valsecito Romance de barrio, por citar algunas de sus maravillosas creaciones.

                                 
       


Alberto Castillo popularizó el valsecito Cien barrios porteños, en el que Carlos A. Petit, hombre de teatro, con su hipérbole poética, que lleva música de Rodolfo Scianmarella, excedió largamente el número de barrios que tiene la Capital porteña. Eran 46 en aquel entonces, hoy alargados a 48 por la creación de  Puerto Madero y Parque Chás.

Alberto Morán concentraba a milongueros de ambos sexos junto al escenario, cuando, cantando en la orquesta de Osvaldo Pugliese, entonaba el tango San José de Flores. Así se sigue llamando la Basílica, de la zona, aunque el barrio es simplemente Flores. Allí nació el actual Papa, entonces Jorge Mario Bergoglio, quien contaba que había aprendido a bailar el tango en su casa natal. El poeta Iván Diez (Augusto Arturo Martini) escribió los versos del tango que homenajea a su barrio: Almagro, al que puso música Vicente San Lorenzo: "Almagro, gloria de los guapos, lugar de idilios y poesía...".

 Bajo Belgrano es una hermosa acuarela de Francisco García Jiménez, convertida en tango con la música de Anselmo Aieta. Ese barrio de studs, cercano al hipódromo de Palermo, me llega hondo en su expresión. Sobre todo en la muy lograda creación de Julio Martel con la orquesta de Alfredo de Angelis. Julio de Caro homenajeó a otro barrio mítico: Boedo, que lleva versos de Dante A. Linyera (Francisco Bautista Rímoli). Cadícamo compuso Boedo y San Juan , esa esquina de tango, para mayor gloria de Di Sarli-Rufino.Y Benjamín Tagle Lara escribió y musicalizó otra belleza: Puente Alsina, donde evoca al barrio en el que se crió, y que ha sido transformado por el progreso:



Porque me lo llevan, mi barrio, mi todo,
yo, el hijo del lodo lo vengo a llorar...
Mi barrio es mi madre que ya no responde...
¡Que digan adónde lo han ido a enterrar!

El sainetista Ivo Pelay (Guillermo Juan Robustiano Pichot), con música 
de Gerardo Matos Rodríguez, realizó el tango dedicado a su barrio: San Telmo: "Vi la escuela... la feliz Rayuela / de la hermosa edad que no volverá". Además,  Victorino Velázquez y Arturo Gallucci compusieron la milonga: Yo soy de San Telmo. Ese tangazo que sigue resonando en las milongas, invitándonos a la pista: Tres esquinas, es otra de las grandes creaciones de Enrique Cadícamo, sublimado por la música de Ángel D'Agostino y Alfredo Attadia. La voz de Angelito Vargas es un florilegio mayúsculo. Se refiere a la esquina de Osvaldo Cruz y Montes de Oca, en el barrio de Barracas:

Donde en la noche tibia y serena 
su antiguo aroma vuelca el malvón, 
y bajo el cielo de luna llena 
duermen las chatas del corralón...

José Rótulo y Naty Paredes hicieron: Nací en Pompeya para el lucimiento de Alberto Echagüe con la orquesta de Juan D'Arienzo. Cadícamo también le cantó a Flores y Villa Urquiza. Como sería interminable la lista de temas dedicados a los barrios porteños, termino hoy con la mención a mi barrio de pibe y muchachito: Parque Patricios. Le han dedicado varios tangos y la milonga que lleva el nombre del barrio y grabaron las orquestas de Francisco Canaro y Lomuto. Carlos Lucero y Víctor Felice compusieron el tango: Yo soy de Parque Patricios, que grabó la orquesta de Ángel D'Agostino, cantando precisamente un muchacho del barrio: Ángel Vargas. El cantor Carlos Mayel y Francisco Laino, fueron autores de: Yo soy de Rioja y Caseros, el corazón del lugar, frente al Parque. Antonio Macchia y Santos Bazilotti realizaron Viejo Parque Patricios, un tango con sabor a guardia vieja.

 Y... el cuore tira. Los porteños somos así. Cada uno saca pecho por su barrio, por todo lo que ha aprendido en él, por los amigos, la esquina, el café, las anécdotas, el primer romance, la familia...

Acompaño un par de esos temas tan entradores para iluminar las barriadas porteñas.  

Los invito a escuchar Bajo Belgrano por la dupla De Angelis-Julio Martel, grabado el 20 de abril de 1948 (Gardel lo llevó al disco en 1926). Y Yo soy de Parque Patricios, por D'Agostino-Vargas, registrado el 5 de diciembre de 1944.



 








martes, 19 de septiembre de 2017

Bien milonga


Así mi amor, así cosita linda,                      
juntitas las mejillas, uno solo los dos,
te juro, piba, que así bailando lento
distinta yo te encuentro, qué dulce sensación.
Tu cinturita dormida entre mis brazos
el tango, paso a paso, aumenta mi emoción,
bailando tango, vivamos nuestro tiempo
qué lindo este momento, bailemos corazón.  
                 Jorge Moreyra


    
Martes, noche convocante, ambiente especial, música milonguera al mango, pista de madera flamante, todo esto es lo que buscan los milongueros y es lo que te te espera en la casa de Aragón, de Madrid, (Pza, República Argentina nº 6), a partir de las 21 horas de hoy. Para más inri, es fácil aparcar, el metro República Argentina te deja a 4 metros de la entrada, y tenés restaurante, terraza y bar. Imperdible.


Ya te dí la precisa y, como de costumbre paso a recorrer distintos sitios del mapa europeo, donde el tango se ha hecho rey y donde cada día se lo baila mejor. 

Por ejemplo,  arranco en Patras, la antigua ciudad griega, en donde se desarrolla precisamente el Patras Ionian Tango Festival.mp3. Allí podemos ver a Stelios Stampaolidis y Despoina Amarantidou  bailando el valsecito Jugando...jugando,  por la orquesta de Miguel Caló, cantando Raúl Berón.   

                                                                     

De Grecia me tomo el raje hacia Rumania. Precisamente al 5th Tango Cazino Festival en el Club Napoja. Donde se lucen María Filali y Gianpero Galdi bailando la Milonga del ochenta y tres, por la orquesta de Juan D'Arienzo y el cantor Alberto Reynal.


                            

Y ahora aparco en Bélgica para terminar mi periplo turístico-milonguero y prepararme para esta noche. Estamos en la ciudad de Amberes, donde la consagrada pareja: Sebastián Arce-Mariana Montes nos muestra su gran ductilidad y técnica bailable. Porque se mueven en la pista al compás de unas guitarras y un cantor entonando el tango La abandoné y no sabía. No es nada fácil la cosa... para otros, pero ellos se la rebuscan de maravilla, como dos cracks que son. Junando que es gerundio...

                                         


Ya te prendí la mecha... y vos volvé pa'la milonga que un fueye rezonga, como llamandoté...